Equipos, Formación en ventas, Liderazgo, Ventas

Invierte en tu equipo hoy para no arrepentirte mañana.

Invierte en tu equipo

Llevo bien la combinación entre introversión y extroversión. Lo que Daniel Pink definiría como ser un ambivertido.

Me gusta viajar en familia, solo y con amigos. Y me pasa igual si voy a comer, puedo ir solo, con familia y con amigos. Que se le va a hacer, soy un disfrutón.

En el 2017 cuadró todo para ir a ver a Tony Robbins. Tony Robbins es el coach número uno del mundo. Sí, el número uno. ¡Que grande! Miré si lo hacían por Europa, ya que en ocasiones realiza sus trainings en Inglaterra o Italia. Pero no. No fuel el caso. Tuve que mirar de ir a New York, concretamente en New Jersey, donde lo hacían en un espacio inmensamente grande que se llama Prudential Center.

Nada. Pues allí me planté en ese acalorado Julio. Quería vivir esa experiencia y me daba igual ir solo que acompañado. ¿sabes cuando sientes que quieres hacer algo y lo haces?

Fueron cuatro días muy intensos. Era una formación de inmersión, muy americana (me gustan este tipo de formaciones y tienen su para qué), en la que sabías cuando entrabas pero no cuando salías. Vamos, como el Ikea.

Una cosa que me gusta en este tipo de formaciones es darme cuenta de lo poco que se y de lo que todavía quiero y necesito por aprender. Hubo muchos momentos, y concretamente uno de ellos, donde se mezclaron emociones de agradecimiento y arrepentimiento.

Me explico. No sé si era el segundo día. Éramos unas 13.000 o 14.000 personas en aquel lugar. Había una energía increíble. Y llegó el momento. El momento esperado. Creo que serían la 1:00 am, y Tony empezó a prepararnos para el ritual de romper creencias. Yo oía todas sus instrucciones a través de unos auriculares mediante los cuales podía escuchar la traducción simultánea al español. A veces funcionaban mejor y en ocasiones funcionaban peor, o perdía el sonido o se escuchaba como una lija que lo distorsionaba. ¿Piensas que hasta ese momento me había importado perderme “algo” de lo que se traducía? Creo que intuirás que no. Pero, pero, pero….

… la actividad de romper creencias era: Caminar sobre las Brasas. En ese momento mi atención nunca había estado más focalizada en lo que alguien decía. Daba instrucciones precisas: – tienes que decirte mentalmente: musgo frío, musgo frío, musgo frío – y también hacía ciertas bromas: – “que a nadie se le ocurra parar para hacerse una foto en Instagram, que el seguro no lo cubre y me meten una demanda”. Total. Acabando su liturgia, entre haber entendido algunas cosas y otras no, la cosa se complica. Su última instrucción era que había que dejar todo en el lugar que ocupabas dentro del estadio: zapatillas, calcetines, maletín, etc… y entre todo eso, tu traductor simultáneo.

Mientras bajaba a buscar mi “fila de brasas” en el exterior, en esa noche de verano mientras los helicópteros sobrevolaban el espacio donde haríamos la actividad, mi cabeza iba a mil, agradeciendo todos los euros de mis padres invertidos en estudios y arrepintiéndome de no haber sido un chico aplicado para los idiomas.  Mientras estaba en la fila, haciendo cola para ese gran momento memorable, seguía escuchando cualquier instrucción que nos daba el trainer asignado, así como muy pegadito a personas de habla hispana que mi radar social ya había detectado (para buscar recursos soy muy bueno).

Cuando di el primer paso por esa alfombra de brasas lo primero que me vino a la cabeza fue: “espero no haberme perdido nada de lo que han dicho o voy a salir con los piececillos chamuscados. Si hubiera estudiado un poquito más de inglés…”. Y acabó con un apoteósico final. Manguerazo al final de la alfombra para quitar las espurnas que se habían enganchado y más feliz que una perdiz. ¡ohhh yes!

Si no quieres tener equipos con emociones tales como el arrepentimiento, fórmalos. Que no puedan decirte que no quieren promocionar porque les falta formación, que erraron en su función porque es faltaba formación, que no escuchas sus necesidades ante los nuevos retos, que no te comprometes en la fidelización de su talento, que no velas no solo por su fidelización sino por su empleabilidad futura en otras posiciones e incluso en otras organizaciones.

Y es por ello que te voy a dar 10 razones por las cuales debería invertir en el desarrollo de tus equipos, independientemente de si lo haces mediante formación, coaching, mentorías … Cuando formas al alguien, todo el mundo gana: el colaborador que se ha formado, su entorno inmediato y la organización.

Vamos con ellas:

  1. Contribuye a la mejora del rendimiento y la productividad.
  2. Nos anima a seguir siendo personas curiosas con ganas de aprender.
  3. Fomenta el compromiso con la organización
  4. Fideliza al talento (para mí, cuando trabajaba cuenta ajena, era un must y lo contemplaba como una parte más de mi nómina/sueldo)
  5. Nos prepara hacia el futuro, lo que comentaba de la empleabilidad
  6. Hace que aumentemos la sensación de zona de certidumbre.
  7. Genera cohesión en los equipos. Es muy bonito cuando después de una jornada formativa las personas dicen haberse conocido mucho más entre ellas.
  8. Es un factor diferencial de las empresas, y todavía más cuando se hace una formación a medida o procesos de coaching.
  9. Potencia la humildad, el “me acabo de dar cuenta de que no lo sé todo”
  10. Tiene un ROI muy claro y elevado. Una buena formación tiene coste inicial, pero el beneficio es mucho mayor.

A partir de aquí, up to you.

Toni Cátedra

PD1: Tengo un libro, del que estoy seguro que va a ayudarte para desarrollarte y ser más empleable  Aquí, ni arriba ni abajo, aquí.

PD2: Y no solo tengo libros, también puedo acompañarte en tu viaje como líder de otras maneras ¿Ah, si?

PD3: Y como siempre queda bien algo que dijo Einstein, Henry Ford o Lord Byron, te dejo una frase de Henry Ford: “Solo hay algo peor que formar a tus empleados y que se vayan. No formarlos y que se queden”

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