Llevar equipos no es tarea fácil. El que diga que es fácil es, o porque nunca ha llevado un equipo, o porque tiene la misma habilidad empática que una ameba y le da igual como se sienta el equipo ni que necesidades tenga.
Y lo que más fastidia es tenerte por un buen líder y ver que tu equipo te despida. Sí, te despide, se va porque es una manera simbólica de echarte aunque no lo quieras admitir. A mí, en alguna ocasión, me han echado. Ya lo he dicho. Prefiero seguir el post después de una respiración profunda y de alivio.
¿Te han echado alguna vez? Cuéntate verdad. ¿Cuánta rotación tienes? ¿qué te dicen en las entrevistas de salida? Si es que tienes la valentía de hacerlas. O Mejor aún, si escucharas a estas personas hablar con otros compañeros en la máquina de café, ¿por qué motivo crees que dirían que se van de la compañía? ¿Cuánta gente sigue contigo por miedo y no por amor?
-“Pues no lo sé, Toni, tampoco es tan fácil responder a esa pregunta” – estarás pensando. Y lo sé, pero tú también has estado alguna vez en la máquina de café o en la de los bollos …
En una ocasión, recuerdo, que llegué a decirle a un colaborador que no entendía por qué se iba, que dónde iba a estar mejor que allí (en esa empresa). Su respuesta fue: “aquí, para que vengan a verte y estar por ti, tienes que dar problemas”. Moraleja: cuida mucho a las personas comprometidas y que funcionan, reconócelas”.
Cuando ocurre esto transitamos diferentes emociones: frustración, confusión e incluso traición (como la respuesta que di a ese colaborador). Pero esto rara vez ocurre de la noche a la mañana, es algo que se ha ido gestando y has mirado hacia otro lado o no lo has visto venir.
Como líder, es crucial reflexionar sobre las posibles causas y una de las herramientas más poderosas para entender esta desconexión es el concepto de «la cuenta corriente emocional», planteado por Stephen Covey en Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva.
¿Y qué es esto de la cuenta corriente emocional?
Covey describe la cuenta corriente emocional como una metáfora de confianza en las relaciones. Cada interacción que tienes con alguien puede ser un ingreso o un reintegro en esa cuenta. Es como cuando tú vas al banco, ingresas dinero (bien) o retiras dinero (mal si es para comprar cachivaches)
- Ingresos: Llamaremos ingresos a aquellas acciones que construyen confianza y refuerzan la relación como: cumplir promesas, escuchar activamente, mostrar respeto, ser transparente, superar expectativas, ayudar a tu equipo, mostrarles apoyo, darles feedback, tener conversaciones constructivas con ellas, reconocerles, desarrollarles, etc…
- Reintegros: Llamaremos reintegros a aquellas acciones que disminuyen la confianza, como incumplir compromisos, ser incongruente entre lo que digo y lo que hago, ignorar necesidades, ser deshonesto, tener sesgos hacia ciertas personas del equipo, no asignar tareas de forma equitativa, fomentar la competitividad entre el equipo alejándolos de comportamientos colaborativos, evitar a aquellas personas de tu equipo con las que no tienes tanto feeling …
¿Te suena? ¿Vas ahora chequeando en cómo vas en esta cuenta corriente emocional? ¿Estás en saldo negativo o positivo? Si está en negativo, quizás empiezas a entrar en modo desconexión y dejen de seguirte física o simbólicamente hablando.
No sé qué es peor, si el absentismo laboral o el absentismo emocional. Ánimo, lo importante es contarse verdad. Luego ya pasarás a la acción. Seguimos, que aún quiero profundizar un poco más para que este post te sea de valor.
Relación entre la cuenta corriente emocional y el liderazgo
Reitero. Cuando tu equipo ya no te sigue, es una señal de que tu cuenta corriente emocional está en números rojos. Esto puede deberse a varios factores:
- Promesas incumplidas: Si regularmente prometes apoyo, recursos o cambios y no los cumples, cada incumplimiento es un reintegro.
- Falta de reconocimiento: No valorar los esfuerzos individuales y colectivos puede hacer que tu equipo sienta que no aprecias su trabajo.
- Incoherencia: Decir una cosa y hacer otra, o aplicar reglas diferentes según la persona o la situación, también mina la confianza.
- Falta de empatía: Ignorar los desafíos personales o profesionales de tu equipo envía el mensaje de que sus problemas no importan.
- Microgestión o falta de autonomía: No confiar en las capacidades de los miembros del equipo también puede erosionar la cuenta emocional.
¿Cómo reconstruir la confianza y recuperar a tu equipo?
Fácil la solución en blanco sobre negro, claro, no la implementación. Si reconoces que tu equipo ya no te sigue, no todo está perdido. Por lo menos ya te has contado verdad. Puedes revertir la situación haciendo ingresos consistentes y significativos en la cuenta corriente emocional. Aquí algunos pasos prácticos:
- Reconoce el problema: Ten esa conversación seria contigo mismo, o busca ayuda en un mentor, coach, etc…El primer ingreso es ser honesto contigo mismo/a y con tu equipo. Reconoce tus errores o carencias sin justificarte y flagelarte, y muestra tu compromiso por cambiar.
- Cumple tus promesas: Asegúrate de que cada compromiso que asumas sea cumplido, aunque sea pequeño. La consistencia genera confianza. Como dice Paul Zack, otro estudioso de las relaciones de confianza, el equipo (o tus amigos, o tu pareja) necesitan que seas predecible.
- Escucha activamente: Dedica tiempo a entender las preocupaciones, necesidades y aspiraciones de tu equipo. La escucha activa es uno de los depósitos más poderosos. No sé dónde leí que, en Japón, había profesionales de la escucha. Es decir, las contratas creo que por unos 80 euros la hora (pásalo a yenes) y se limitan solo a escuchar. No hablan. No juzgan. Solo escuchan. ¿quién te ha escuchado a ti en los últimos 20 años durante una hora seguida? ¿Tu perro, tu gato? Incluso hasta ellos han bostezado en alguna ocasión.
- Valora los logros: Reconoce y celebra los éxitos individuales y colectivos. Esto refuerza el sentido de pertenencia y motivación.
- Sé coherente: Asegúrate de que tus palabras y acciones estén alineadas, y que todos sean tratados con justicia y equidad. Que prime la meritocracia y no el nepotismo.
- Muestra vulnerabilidad: Admitir errores y pedir disculpas también puede ser un gran depósito en la cuenta corriente emocional. Siempre que las sientas de verdad, si lo finges va a convertirse en un reintegro más que en un ingreso.
En resumen. Que tu equipo deje de seguirte no es el fin de tus días como Líder. Tampoco entremos en dramatismos. Simplemente es una invitación a reflexionar y evolucionar. La cuenta corriente emocional es un recordatorio de que el liderazgo efectivo no se trata solo de dirigir, sino de construir relaciones basadas en la confianza y el respeto mutuo. Si estás dispuesto a hacer los ingresos necesarios, podrás restaurar la conexión con tu equipo y volver a tomar velocidad de crucero (pero olvídate del piloto automático) Y por cierto. Muy, muy importante. A diferencia de los ingresos y reintegros en los bancos, eso de que si meto 100 euros y saco 100 euros entonces quedo a cero, no funciona con la cuenta corriente emocional entre personas. Es decir, por cada reintegro que hagas quizás necesites entre 4 y 7 ingresos para restaurar esa cuenta de confianza. ¿No me crees? Echa una miradita a los ingresos o reintegros que has tenido en los últimos seis meses con tu pareja, con tu hijo/a, con tus amigos y vuelve a contarte verdad.
PD1: Tengo un libro, y en el capítulo sobre valores te hablo mucho más sobre las relaciones de confianza para construir relaciones sanas y duraderas Aquí, ni arriba ni abajo, aquí.
PD2: Y no solo tengo libros, también puedo acompañarte en tu viaje como líder de otras maneras ¿Ah, si?
PD3: Y esta te va a gustar – “La verdad protege al que la practica”- No es mía, es una frase de Sergio Fernández (al César lo que es del César)