Psicoterapia

Lo que llamamos ansiedad cuando no lo es. Bajando intensidades…

La Ansiedad

Si pensamos realmente en ´ansiedad´, seguro que nos viene a la cabeza multitud de situaciones donde  hemos oído esa palabra, bien en nuestro entorno familiar,social, laboral,…

Tener palabras o etiquetas muy familiarizadas no quiere decir que las usemos con propiedad, y seguramente el concepto de ´ansiedad´, es uno de ellos.

Concepto de Ansiedad

El concepto ´ansiedad´, si hiciéramos una definición clínica, implica un estado emocional desproporcionado, donde hay una anticipación y percibimos situaciones extremas de incertidumbre, estrés o peligro. Perdemos la sensación de control y nos afecta seriamente a nuestra calidad de vida, ya que nos afloran emociones y sensaciones muy fuertes y persistentes. Esto puede ocurrirnos en momentos puntuales de nuestra vida, por situaciones realmente intensas y normalmente inesperadas, con lo cual, no es algo que nos ocurra todos los días.

Si vamos apropiandonos de diagnósticos que no tenemos, acabamos frivolizando  algo tan importante como es  la salud mental, y usando también una tendencia a exagerar sensaciones o situaciones que podemos tener.

Una buena educación emocional pasa por llamar a las cosas por su nombre, y no etiquetar todo lo que nos ocurre con trastornos de alto nivel

Llamar las cosas por su nombre

Un ejercicio que nos puede ir muy bien para llamar a las cosas por su nombre, y no dejarnos llevar por modas, o influencias sociales, es lo que llamamos la ´defusión cognitiva´, que no es otra cosa que reelaborar nuestros pensamientos para que estén más acordes a la realidad, sin exagerarlos, ni convertirlos en algo rígido , e inamovible.

Si por ejemplo, mañana tengo una entrevista de trabajo, es normal que sienta emociones intensas,cierta tensión, algo de estrés, inquietud,… Eso serían emociones y pensamientos normales, coherentes con la situación.

Si llegamos a pensar que entraré en pánico en la entrevista, que tendré una ansiedad descontrolada y que voy a estar fatal, es el momento de practicar esta estrategia de flexibilidad, buscando posturas:

  •  Abiertas
  • Flexibles
  • Alternativas
  • Adaptativas

Para que así pueda conseguir:

  • Reducir mis pensamientos extremos para vivir la situación de otra manera, como por ejemplo ´ Me encuentro algo nervioso/a, es normal, mañana tengo algo importante, lo raro sería que no estuviera así. Se que es algo temporal, ligado a la situación. No es ningún drama, ni nada catastrófico´.
  • No anticiparme tanto para no crear un sufrimiento inútil
  • Calificarse de forma más positiva, y pasar de «soy un desastre», «no se llevar esta situación» a «lo haré lo mejor que pueda», «lo importante es que sea yo y salga satisfecho de cómo me he sentido».
  • No generalizar ni extraer conclusiones de forma precipitada, «No me han llamado, y eso es que ya no sirvo», «no les he gustado».
  • Ver la situación inquietante como una nueva experiencia y un aprendizaje.

El saber transformar esa emoción demasiado intensa y negativa nos permite ver que hay situaciones donde son inherentes ciertos pensamientos de estrés, nervios, inquietud, …pero que están 100% justificados y son inherentes a nuestra condición humana, lejos del concepto de ansiedad, que nos bloquea y nos crea una barrera rígida de la que es difícil poder salir:

El estrés adaptativo, en momentos puntuales, es sano, nos activa, y no por ello hemos de interpretarlo como una elevada ansiedad crónica e irreversible,

Cuestiona tus pensamientos, reconsidera su utilidad y hazlos más adaptativos y fáciles a tu vida. Se trata de tener emociones sanas, y percibir las situaciones más simples y manejables.

Si te interesa profundizar en éste u otros temas de salud mental y emocional, contacta conmigo.

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