Ghosting, la mala vía de escape en la comunicación

La forma en que nos comunicamos con otros y con nosotros mismos, determina la calidad de nuestras vidas.

Anthony Robbins

Está claro que el concepto de comunicación es por todos sabido, y la mayoría sabemos lo importante que es en  nuestras vidas. De hecho, la mayoría de los problemas que nos ocurren tienen cómo base alguna debilidad en cómo nos comunicamos; sea en la vida personal, con amigos, en el trabajo…

El término «ghosting» deriva del término anglosajón «ghost» (fantasma), y hoy en día pocas personas habrá que no hayan oído de cerca este concepto, o incluso  lo hayan vivido en sus carnes.

No hay peor sensación que la que nos dejan cuando alguien desaparece, no nos dice nada más, parece que se esfuma. Y lo más desconcertante de todo, es que no sabemos el porqué, y ocurre de manera imprevisible, no esperada. Eso es algo que nuestro cerebro no acepta, no lo entiende y nos produce una gran incomodidad emocional, en el mejor de los casos, o una ansiedad intensa, cuando quien nos lo hace es alguien con un vínculo emocional importante.Entonces el choque es incomprensible.

¿Por qué el ‘ghosting’ duele tanto y se ha vuelto tan común en la era digital?

¿ Por qué nos causa tanto dolor esta conducta y por qué es tan frecuente en estos tiempos?

Es evidente que los medios de comunicación actuales ( internet, redes sociales, chats…), causan un mayor anonimato. Esto puede ser positivo para algunas situaciones, personas… Pero con un riesgo; nos escondemos más fácilmente y huimos  cuando algo no nos cuadra, no queremos hablar con alguien, o cualquier situación donde el decir claramente lo que siento produce en muchas personas una gran dificultad, o bien porque no lo han hecho nunca, no están habituados a afrontar cara a cara situaciones, o porque creen que este es el camino más fácil; huir o desaparecer a pesar de pensar qué supone esto para la persona que lo recibe.

Es frecuente encontrarnos personas con estrategias de huir, escapar, no afrontar. Y se hacen más fáciles cuando me escondo bajo un chat, una red social o algo similar. El problema radica cuando empezamos a verlo casi como algo normal,porqué ocurre demasiado, y en diferentes áreas de nuestra vida.

Del cúmulo de preguntas  que me pasan por la cabeza cuando alguien me hace «ghosting»: ¿porqué a mi? ¿ Qué he hecho mal? ¿ en qué me he equivocado? , y muchas otras parecidas, todas ellas relacionadas en que la culpa es mía. Junto con esto, nos preguntamos una y otra vez porque ese tipo de final, de huida, de no decirme nada, de no hablarlo.

Lo que más nos duele y nos desconcierta es que se rompe el equilibrio de una relación, de una comunicación, de un retorno feedback mínimo que esperábamos, y que no se ha producido.

Podemos sentir sentimientos  como:

• No ha habido una relación equitativa
• ́ No sé qué ha pasado.

Estos están relacionados con los sentimientos de incomprensión.

Pero los más duros son los de rechazo, que es lo que más ahonda en mi.

• No me respeta.
• No me quiere
• Ya no le apetece saber de mí.

Nuestro cerebro emocional no entiende ninguno de esos sentimientos generados. Y a nivel instintivo, siempre queremos respuesta, y no paramos hasta conseguirla, porque el rechazo o la ignorancia es un sentimiento capaz de generar mucho desasosiego.

Cómo afrontar el ‘ghosting’: consejos para superar el abandono emocional

Esto te ayudará  cuando te encuentres en estas situaciones:

• El problema no lo tienes tú, sino la otra persona. No te culpes, ni busques qué has hecho mal. Esperabas una respuesta, y no la has tenido, deja de analizarte.
• Después del desconcierto y enfado o tristeza inicial, racionaliza esa relación; no mereces a alguien que huye y no sabe expresar lo que le ocurre; mejor dejarlo ir.
• No le busques ni esperes. La incertidumbre instaurada no te hará cerrar ese capítulo. Tienes que avanzar, y ser consciente de que no vas a hacer que la otra persona aparezca.
• Es más frecuente de lo que parece. No lo normalices ,pero ten presente que nunca estás preparado para esto, y es difícil verlo venir. Las personas son impredecibles, disfruta el momento, y si te vuelve a ocurrir, lo gestionarás mejor. Serás más rápido, y estarás mejor preparado, pero nadie está exento de sufrirlo.
• No lo vivas  como que ha habido mala intención, o daño a propósito. No suele ocurrir. Suelen ser personas con estrategias inmaduras de comunicación, y evitativas, y tienen que desarrollar habilidades personales, y una mayor seguridad. No van a por ti, estate tranquilo. Ese proceso lo tienen que hacer ellos, no tú.

Recuerda que puedes pedir ayuda, tanto si tu lo has sufrido, como si tu tienes ese patrón al relacionarte con las personas.

Las dos situaciones son dolorosas, y te podemos ayudar.