Nunca, nunca, nunca, dejes de hacer el ganso.
En estas líneas quiero compartir contigo todo lo que podemos aprender acerca de hacer el ganso a la hora de liderar un equipo. Esta idea se la escuché decir por primera vez hace muchos años a Juan Carlos Cubeiro y a partir de ahí he entendido por qué me gusta tanto hacer el ganso. Deja que me explique.
En principio, cuando escuché eso de -“deja que tu gente haga el ganso”-, me vinieron pensamientos contrapuestos. ¿Recuerdas esos momentos de la infancia, en el colegio, en casa o con amigos en los que algún “adulto” te llamaba la atención advirtiéndote de que dejaras de hacer el ganso? Pues eso. Connotaciones positivas, en mi caso, para alguien de la generación X que leía Historias del Kronen, no las tenía. Hacer el ganso era igual a hacer el tonto, el gandul o, en definitiva, ser poco productivo.
Pero no. Había algo en mí que me decía que si seguía haciendo el ganso iba por el buen camino.
Primero lo primero.
¿Te has fijado como vuelan los gansos?
Los gansos vuelan en “V” principalmente por dos razones: eficiencia energética, mejora en la comunicación y coordinación del grupo. Para empezar, parece que estas razones tienen mucho que ver con el liderazgo ¿verdad?
Respecto a la eficiencia energética, cuando el ganso bate sus alas, genera una corriente ascencente detrás de él, lo que genera que los que vuelan detrás de otro ganso puedan aprovechar esa corriente para reducir la resistencia al aire y ahorrar energía. A efectos concretos supone un autonomía de vuelo de la bandada de un 70% respecto a un ganso que vuela solo. Una conclusión que sacamos de esto es que hacer el ganso, solo, no es tan divertido. Y siguiendo con el paralelismo animal, para que un mono se divierta tiene que haber otro aguantando la rama.
Otro aspecto de “gansear” tiene que ver con que el ganso (líder) que va el primero en la formación es el que ofrece resistencia al aire, por lo que se cansa más. Cuando pasa esto, él mismo se desplaza la parte trasera de la formación y otro ganso ocupa su lugar. ¿Qué quiere decir esto? Que toda la “chupi pandi” de gansos lidera en algún momento, comparten la carga y tienen un ritmo constante durante el vuelo.
Y sí. Esto está muy bien, pero te estarás diciendo a ti mismo que esto es muy difícil en los equipos humanos porque hay una variable que los gansos no contemplan: el ego, la comparación y el “déjame un poquito más que yo controlo”. Y tienes toda la razón.
Pero sigamos. Quédate con la metáfora. No te tomes la vida al pie de la letra.
Y por último, esta forma de volar en “V”, es una manera muy visual y auditiva de comunicación entre los gansos. Sonidos y señales les ayudan a mantenerse enfocados durante las migraciones. Que bonito ese sentido de compromiso y responsabilidad compartida. Patrick Lencioni estaría orgulloso de ellos.
Y ahora que sabes cómo vuelan (el por qué vuelan lo dejo a tu imaginación), ¿Qué significa hacer el ganso a la hora de liderar?
Como líderes tenemos que permitir (es más, diría que animar) a hacer el ganso a nuestros equipos “porque y para” invitarles a:
- Salir del “siempre se ha hecho así” y que exploren sin miedo al error. Y como líder tu eres el primero que ha de permitirse eso.
- Ser más creativos, espontáneos, juguetones y gestionar la propia energía. Para ello, como siempre, hay que ser conscientes.
- Probar. Jugar. Probar. Jugar. Probar. Jugar. Experimentar, olvidarse de lo correcto, lo político, lo esperado, lo deseado. El aprendizaje por encima de la corrección.
“Be ganso my friend”. Disfruta de tu vuelo, del viaje, de las subidas y las bajadas, los virajes, el viento en la cara, el graznido (me animo a errar) de tus compañeros, el contemplar el mundo desde esa arriba, el viaje compartido, tu autenticidad, tu imperfección, de la estela que dejas cuando vuelas, de ser tú mismo y explorar nuevos horizontes.
Y no solo seas ganso o gansa. Rodéate de gansos. ¿Sabías que si un ganso se cae o enferma otros dos se quedan con él hasta que pueda volver a volar?
¿Cuánta gente de tu equipo haría eso por ti? ¿Tú lo harías por otros? ¿Qué tipo de cultura estás sembrando en tu organización?
Con lo entretenido que era todo y en el último párrafo te he molestado. Escuece. Lo sé. Pero esto no es Pixar y no todo tiene un final feliz, aunque sí con carga emocional.

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