Aunque nos estamos alejando, la época estival nos invita siempre a tomarnos un respiro; pensar, desconectar, preparar el último trimestre del año…
Estamos a finales de septiembre y much@s son l@s que tenemos en nuestros planes un cambio laboral después del verano, o en unos meses, y quizá estos meses soleados nos han serivo para tomar impulso.
Lo cierto es que es estos momentos iniciales pueden ser algo confusos si no sabemos para dónde tirar. En un mundo donde parece que sólo existe el mundo virtual y todo se valora a través de las pantallas tecnológicas, quizá toca parar un momento y ver qué es lo que importa realmente. A nuestro alrededor oímos continuamente conceptos como selección, 2.0. 5.0, cv virtual, video currículum,… ¿Es necesario todo esto para entrar en la empresa soñada? ¿Me van a descartar si no cuento con todos los avances tecnológicos a mi alcance y los domino a la perfección? Aliviaros todos cuando oigáis mi respuesta: rotundamente NO.
Siempre defendiendo la aportación que el siglo XXI nos ha aportado en muchísimos campos, entre ellos el mundo laboral y la promoción profesional, pero de nada sirve todo esto si olvidamos lo más importante, y lo que nos hace únicos: nuestro valor como persona, único y diferente, valor añadido que sólo aporta nuestra experiencia y manera de haberlo vivido.
Sentido común ¿verdad? Pero lo que a veces falla es esta base.
Para que esto no os ocurra, con todo eso del estrés y de los nervios de la búsqueda de empleo, aquí os dejo estos consejillos para refrescar las ideas, y leerlas cada día que pase y no nos llamen del trabajo soñado.
- Hagamos el proceso más fácil al reclutador: aunque pese, no somos el único candidato bueno para el puesto y eso hace que el temido Responsable deRRHH conecte más rápido con quien le allane el camino. No hagamos cv´s interminables, tengamos el teléfono operativo, seamos fáciles de localizar. Este es el primer paso para alcanzar la entrevista final.
- Ser original está bien, pero tampoco nos pasemos. Caer en gracia depende de ser natural y no forzar las situaciones. Pretender agradar a la fuerza puede provocar el efecto contrario, tanto en una llamada como en las entrevistas. Respiremos hondo y actuemos de forma coherente con lo que somos y lo que ¡Si no caemos en el error de actuar el resto del día si nos contratan!
- Las formas, lo primero. Sea cual sea el puesto al que optemos, no olvidemos nunca que la base del éxito y de la convivencia laboral es la humildad y la sencillez. Una actitud prepotente y con demasiadas pretensiones nos puede tumbar en el primer momento. No olvidéis que en todo el proceso de selección nos están intentando imaginar como cuadraríamos en ese organigrama, y una actitud demasiado altiva no nos hará favoritos.
