Uno de los grandes estudiosos del rumor fue el psicólogo Gordon Allport ( 1987 ). El decía que los rumores se daban por su ambigüedad y por su importancia. Han pasado ya muchos años y estas premisas siguen sosteniendo esa definición de lo que es el rumor.
Hagamos un pequeño ejercicio y echemos un vistazo a dos situaciones diferentes, desde una perspectiva disociada, como si estuviéramos viendo un película:
- Imaginemos que llegamos a la máquina de vending y encontramos a un grupo de colaboradores/as que están comentando, que se escucha entre pasillos, que van a haber recortes, que del departamento comercial van a prescindir de “fulanito/a” ( y fulanito, por supuesto, no lo sabe ), y que van a incorporar como Director Comercial a “menganito/a” que es muy amigo/a del Gerente y mantienen una muy buena relación extra laboral. Y además, se ha escuchado, que lo quieren llevar a cabo antes de que nos compren, porque nuestra rentabilidad deja mucho que desear.
- Por otro lado, imaginemos que llegamos a la máquina de vending y encontramos a un grupo de colaboradores/as que están comentando, que se escucha entre pasillos, que van a haber aumentos de sueldo, que van a incorporar una nueva posición en el departamento comercial y que, además, van a promocionar como Director Comercial a “menganito” que es un fantástico líder y experto en gestionar equipos, y todo esto lo quieren llevar a término porque va a ser un empujón todavía mayor para la compañía.
Y ahora se nos antojan ciertas preguntas: ¿ qué escenario es más proclive para que se desencadenen acciones con resultados positivos? ¿ cuál de ellos promueve la productividad? ¿ en que escenario los “actores” están más comprometidos? Del 0 al 10, ¿ qué posibilidades tenemos de encontrarnos con el segundo escenario? Triste, ¿verdad? Que diferente un discurso y otro. Y fíjate, en ambas situaciones se da eso de que los rumores se dan por “ su ambigüedad y por su importancia”.
Los rumores se dan por una mala comunicación en la organización. Se dice que a medida que el rumor aumenta más pésima es la comunicación en la empresa. El rumor, casi siempre, lo suele lanzar una persona ( personas ) tóxica/s a los que les gusta generar confusión, conflicto y discordia. Los rumores generan descontentos, lecturas injustas, temores ( en ocasiones se utiliza el temor como rumor, ya que proyectamos nuestros miedos en forma de comentarios negativos ), desconfianza, inseguridades, bajo desempeño, falta de compromiso, e incluso bajas laborales, entre otros. También depende del tipo de cultura empresarial, si son sistemas abiertos o cerrados, en la que hay mayor o menor permeabilidad de la información o comunicación.
Dentro de las medidas que podemos adoptar para paliarlos, diríamos que:
- Saber gestionar ese tipo de personas o grupos tóxicos, no otorgándoles credibilidad y no siendo cómplices de esa capilarización del rumor.
- Contrastar y diferenciar los hechos de los rumores. Una cosa son las suposiciones y otra, las evidencias.
- La empatía como herramienta de comunicación, es decir, saber a quién tengo delante cuando comunico y cómo tengo que ofrecerle la información para que no la “distorsione” (en la medida de lo posible). Para eso tendré en cuenta sus necesidades y sus motivaciones.
- La claridad. Aunque esta definición quede muy “visual”, tenemos que ser exquisitos a la hora de comunicar. Tenemos que invitar a que nos pregunten, hacer sentir al interlocutor/a que no hay nada que ocultar, decirle en su lenguaje lo que necesita escuchar dentro de un marco fidedigno de la realidad.
- La valentía. La cobardía en dar malas noticias lleva a la procrastinación, y esta sensación de abandono hacia los colaboradores conlleva rumores y malos entendidos, intencionados o no.
- Consonancia entre lo que se dice y lo que se hace. Esa incoherencia es la que genera rumores. Actualmente estamos “hipercomunicados” y casi de forma inmediata podemos contrastar informaciones y suposiciones.
Como ves, está en tus manos elegir tus compañías, desbrozar la información verídica de la que no lo es, ser protagonista en el arte de comunicar, y puestos a creer, mejor creer aquello que va en consonancia con tus valores, objetivos y bienestar. Hay una frase que dice que » el envidioso inventa el rumor, el chismoso lo difunde y el idiota se lo cree»
Toni Cátedra / Marta Foix