No ha de pasar nada grave en tu vida para acudir al psicólogo. En ocasiones tenemos ganas, curiosidad, necesidad o interés en compartir cosas con la visión de un profesional que es ajeno a nuestra realidad.

Dependiendo de la necesidad y el tema a tratar, no hay un tiempo prefijado, cada persona y situación es distinta. Siempre consensuaré contigo el tiempo pertinente, adecuándonos a tu caso específico y circunstancias. Es como hacer un vestido o traje a medida.

Son de 1 hora de duración. El proceso no está prefijado de antemano, aunque al inicio suele haber más frecuencia para hacer un impacto más eficiente. Es como cuando haces una dieta o tienes un entrenador personal: al principio vas más recurrentemente para establecer el hábito y tomar impulso.

Porque tendrás más herramientas para afrontar situaciones, las emociones no serán tan negativas, y podrás analizar las situaciones con otra perspectiva mucho más adaptativa.

Más serenidad, control de mi vida, y conocerte mejor para responder ante diferentes situaciones en lugar de reaccionar.

Lo que para ti sea más cómodo, sencillo y tenga sentido. Cada persona lo vive de diferente manera, pero siempre ha de ser algo libre y voluntario el contarlo o no. La pregunta es: ¿te va a beneficiar para el proceso o lo va a dificultar?

No sólo en esos casos. Cualquier situación que se te presente, aunque sea trivial, pero que quieras tener otra visión para conocerte y tener más estrategias vitales.

Puedes empezar viniendo solo, y luego valorar si acude tu pareja, de forma siempre voluntaria. También podemos alternar sesiones individuales con otras de pareja.

Que tenga experiencia en el área que a ti te interesa trabajar (no todos los psicólogos son expertos en todas las áreas). De la misma manera que para un dolor de muelas no irías al otorrino, para tratar una ansiedad por un motivo laboral no irías a un psicólogo/a infantil. También es importante que se adapte a tu disponibilidad. En mi caso, las sesiones son de Lunes a Domingo en la franja horaria que tenga disponible.

La situación o problema no determina si escoger psicólogo o psicóloga. Tu has de valorar si te sientes bien con esa persona y que haya conexión entre vosotr@s, más allá del género de profesional. En la mayoría de ocasiones es un tema de que esta persona te genere confianza.

No has de sentirme mal por eso porque eso es muy normal. Si te resulta incómodo estar con él o ella, díselo abiertamente para poder analizar los motivos y ver si hay opciones de cambiar la forma de llevar cada sesión. Si no es posible, cambia por quien te haga sentir cómod@. Piensa que si desde un inicio no hay confianza y buena relación, no vas a avanzar.

La única garantía es ser sinceros entre tu y tu psicólog@. ¿Cómo? Analizando tu situación, tus expectativas y detallando bien cómo queremos que sean las sesiones. Sesión a sesión iremos revisando tus avances para tener pautas objetivas y certezas de esas mejoras.